La compasión implica el desarrollo de la comprensión, la aceptación y el perdón. Nace de la bondad del corazón, de la observación atenta y de la experiencia de lo que Kristin Neff llama “la humanidad compartida”.
La humanidad compartida
La atención plena o actitud mindful nos enseña a observar con ecuanimidad los pensamientos y sentimientos dolorosos en lugar de identificarnos con ellos.
La bondad nos permite entender la dificultad de ser amable y cálido frente al fracaso o los reveses, en lugar de juzgar con dureza y crítica; la humanidad compartida es comprender la experiencia individual como parte de la condición humana, en lugar de sentirla como algo personal, que aísla y que otros no experimentan, que puede ser incluso vergonzosa.
Cuando estamos con una persona tensa o encolerizada, lo sentimos inmediatamente y, a menos que seamos muy conscientes, su estado empieza a afectarnos a nosotros también. Del mismo modo, al estar cerca de personas llenas de paz y bondad nos contagiamos de ello. Solamente desde una presencia consciente podemos situarnos en una vibración óptima para en vez de alterarnos influir en sentido contrario.
La práctica de la compasión en estos casos es una buena forma de conseguirlo. No es una lucha ni un sacrificio. Es algo natural e intuitivo.
Lo opuesto a la compasión es el resentimiento, que puede aparecer en ciertas situaciones o ante algunas personas.
- ¿Qué ocurriría si abriéramos nuestro corazón y contemplamos con mente de principiante esos momentos?
- ¿Podríamos descubrir y tener en cuenta que quizás esa persona esté atravesando una situación especialmente difícil?
- ¿No podrían sus palabras y acciones estar ligadas a los retos con los que está enfrentándose?
Evidentemente no se trata de justificar su comportamiento, sino de comprender que no se trata de algo personal hacia nosotros, con lo probablemente nos sentiremos bastante menos agredidos y podremos poner en práctica con más facilidad nuestra compasión.
La compasión es una vía humana para procurar el cuidado del otro, además de que favorece la salud física y psicológica de quien la experimenta, resulta una ganancia bidireccional con efectos sociales y psicológicos.
Fuente: Curso EDT, Consultor Mindfulness