Inteligencia EmocionalMindfulness

La Inteligencia emocional y el Mindfulness

Ejecutivo con gestión de emociones

Hace ya algunos años el concepto de inteligencia emocional irrumpió con fuerza en el mundo del crecimiento personal y de su mano en todas las áreas de desarrollo, como es también el área laboral o profesional, el mundo de las empresas. Si hasta entonces el acento había recaído con fuerza en lo que se llamaba cociente intelectual como el mejor predictor del óptimo rendimiento intelectual y, por tanto, del éxito y rendimiento profesionales, la evidencia arrojaba una y otra vez datos que ponían esto en cuestión. Parecía que eso que llamábamos “inteligencia” era un constructo bastante más complejo que lo que hasta entonces se creía.

De la mano de Peter Saloyev y John Mayer irrumpió una nueva forma de concebir la inteligencia a la que denominaron “inteligencia emocional”. Ambos autores definían así el nuevo concepto:

“Inteligencia emocional es la capacidad de percibir los sentimientos y emociones de uno mismo y de los demás, y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”. 

Más tarde, Daniel Goleman, que popularizó el término, comenta lo siguiente:

“La inteligencia emocional es una capacidad que no es innata, aunque algunos tengan una predisposición a ella, sino que puede ser entrenada deliberadamente a través de algunas prácticas”. 

De forma práctica, Goleman incluye cinco capacidades que estructuran la inteligencia emocional:

1. Conciencia de uno mismo:

Se trata de conocer nuestros estados, preferencias, recursos, intuiciones y “corazonadas” internas.

2. Regulación de este mundo interno:

Tiene que ver con pasar de la reacción automática a la respuesta consciente.

3. Motivación:

Se apoya en las tendencias emocionales que nos guían y facilitan la consecución de nuestros objetivos y metas. Apunta a una vida con dirección, con sentido.

4. Empatía:

La capacidad de percibir los sentimientos, necesidades y preocupaciones de los demás. 

5. Habilidades sociales:

Capacidad de resolver conflictos de manera constructiva, y favorecer en   los demás, respuestas cooperativas.

Si nos fijamos en estas cinco cualidades, las tres primeras hacen referencia a una inteligencia intrapersonal, muy relacionada con la actitud que nos lleva a escucharnos y conocernos interiormente, y las dos últimas tienen que ver con la inteligencia interpersonal relacionada con las actitudes hacia los demás.

Cultivar estos dos aspectos abre importantes perspectivas de cara al mundo laboral:

Mejora notablemente el rendimiento

Y no solo en aquellas profesiones en las que el trato con los demás, con los clientes, es esencial. También los estudios han demostrado que las habilidades emocionales son dos veces más importantes para obtener resultados de excelencia que el intelecto y la experiencia pura. Porque mejoran el nivel de exigencia sin estrés, la capacidad de influencia en los otros desde una personalidad madura, hay mayor claridad para pensar y tomar decisiones, se es más resistente ante los desafíos sin tirar la toalla y aumenta la confianza en uno mismo ¿Hay algún puesto de trabajo que no se beneficie de esto?

Diferencia los buenos líderes de los líderes excepcionales

Se ha comprobado que estas habilidades constituyen entre el 80 y el 100% de lo que distingue a un líder excepcional. Lo mejores directivos, los que son seguidos más que obedecidos por aquellos a quienes lideran, poseen cualidades empáticas de relaciones interpersonales, claridad de comunicación, distancia óptima de los conflictos sin tomarlos como algo personal, creatividad para proponer diferentes alternativas en situaciones complicadas, facilidad para crear un ambiente de confianza en vez de la pura y dura competitividad.

Crea condiciones para la felicidad

También en nuestro tiempo laboral, aquel que dedicamos de forma preferente a nuestro trabajo, es posible estar poniendo los cimientos de nuestra felicidad. Nos estamos refiriendo con “felicidad” a ese punto de retorno tras la euforia o el dolor al que regresamos de manera más o menos rápida. Y ese punto sí podemos optimizarlo. Aunque damos por supuesto que es un punto más o menos estable, la realidad es que puede optimizarse mediante un entrenamiento deliberado que nos permita identificar y cultivar los factores internos que contribuyen a un sentido de bienestar más profundo:

 

“La felicidad es un profundo sentimiento de florecimiento que deriva de una mente saludable, no una sensación meramente agradable, una emoción fugaz, sino un estado óptimo del ser”

Matthieu Ricard

Optimízate

Si hay un resumen de una sola palabra de todo lo presentado, es OPTIMIZAR. El objetivo de desarrollar la inteligencia emocional es ayudarte a optimizarte y funcionar a un nivel aún más alto del que ya eres capaz. Repercutirá notablemente en tu desarrollo profesional de forma directa. Hará de ti una persona más feliz y está demostrado que quienes son más felices también trabajan mejor. Incluso si ya te destacas en lo que haces, agudizar y profundizar tus competencias emocionales puede darle una ventaja adicional.

Personas atentas Mindfulness en las organizaciones

MINDFULNESS Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, SE ENTRETEJEN

Entrenar nuestra inteligencia emocional comienza por entrenar nuestra atención. La práctica del Mindfulness es una valiosa herramienta, que nos enseña a prestar atención al momento presente, a reconocer nuestros sentimientos y emociones y a gestionarlos, especialmente cuando nos enfrentamos a situaciones altamente estresantes. 

Una capacidad de atención penetrante, estable y perceptiva nos proporciona la calma y serenidadque son los cimientos sobre los que se desarrolla la inteligencia emocional. La conciencia que tenemos de nosotros mismos depende de la capacidad de vernos con objetividad, sin presión ni culpa, sin juicio ni descalificación, examinando nuestras ideas y emociones sin identificarnos con ellas, sin ser secuestrados o arrastrados por los vaivenes mentales. Y este es el primer paso de la inteligencia emocional: empezar por uno mismo… Y cuando la aplicamos en otros para mejorar las relaciones o resolver ciertas cuestiones, necesitamos de la flexibilidad de respuesta que surge de la pausa interna, de la calma y serenidad, que previenen la reacción inconsciente y automática. Mindfulness e Inteligencia Emocional se entretejen.

Articulos relacionados